Archirrivales hasta en las técnicas de reproducción equina

Archirrivales hasta en las técnicas de reproducción equina

Por Claudio Cerviño
En las canchas de fútbol, las hinchadas de los clásicos rivales suelen cantar un estribillo que dice “mirá que distintos somos…”, potenciando hasta el extremo el mundo que los separa. El concepto puede aplicarse a varias circunstancias que rodean el 10° choque final del Abierto de Palermo de polo que mañana sostendrán La Dolfina y Ellerstina desde que comenzaron la pulseada personal por la gloria en 2005, aunque una de ellas resulta más novedosa y por qué no curiosa. Se trata de la clonación equina, técnica de reproducción que tiene a Adolfo Cambiaso, líder del campeón, como ferviente defensor y pionero en el alto handicap, en clara oposición con el pensamiento que domina en el búnker de los Pieres. Si algo le faltaba al clásico del polo argentino…
“Ahora parece que tan loco no estaba, ¿no?”, lanzó, desafiante, Cambiaso luego de la final del Abierto de Tortugas 2016, primer torneo de la Triple Corona, cuando utilizó frente a Ellerstina a seis clones de Cuartetera, su histórica yegua, la mejor que jugó en su vida según propia definición, y con excelentes resultados, a punto tal que el clon 06 fue premiado. “Estaba eufórico porque se dio lo que yo imaginé hace 10 años. Una final, contra Ellerstina. ¡Y que jueguen los seis clones bien! Es como decir ‘no estaba errado en mi pensamiento’. Fue un triunfo más. Todos los sueños cumplidos son triunfos para mi”, agregaba el mejor polista del planeta.
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Cambiaso, en sociedad con el empresario texano Alan Meeker y el argentino Ernesto Gutiérrez (ex presidente de Aeropuertos Argentina 2000), fundó en Luján uno de los centros de clonación más importantes en la Argentina: Crest View Genetics. El crack de La Dolfina tiene clonados unos 30 caballos, entre ellos, 7 Cuarteteras, 7 Lapas (otro histórico ejemplar), 6 Small Pearson, además de réplicas de Buenaventura, Raptor, Bruma, Mujer Amante y Hanna Montana. En esta Triple Corona jugó los clones de Cuartetera y algunos de Lapa. “Es como volver a andar en tu mejor auto. Son parecidas a la Cuartetera original, de carácter y con movimientos similares”, explicó Cambiaso en una nota con la nacion. ¿Cuánto sale clonar un caballo? Unos US$ 100.000. “Pero si clonás varios, el precio puede bajar a US$ 70.000 por unidad”, especificó Gutiérrez.
Ahora bien, ¿qué pasa en el resto de La Dolfina? ¿Acompañan sus laderos, también jugadores con 10 de handicap, la visión de Cambiaso? El uruguayo David Stirling explica su caso: “No he clonado por costos y porque es todo muy reciente. Pero después de esta temporada, el tema clonación va a cambiar bastante. Mismo lo que uno dudaba. Con lo que hizo Cambiaso con las Cuarteteras, entiendo que clonar empezará a ser visto como una posibilidad concreta. También hay que tener la yegua. La Cuartetera es especial, algo único. Mi idea es clonar porque me va a divertir volver a tener una de las yeguas del pasado o que estoy jugando. O que las tengan mis hijos. ¿Cuál clonaría? La Daisy”.
Juan Martín Nero se entusiasma con el tema, sobre todo después de que Cambiaso le dio a probar en las prácticas los clones de Cuartetera. “Es increíble. Jugué la Cuartetera en su momento y cuando subí a los siete clones… ¡eran lo mismo! Impresionante la similitud. Me hizo replantear el tema. La clonación está buenísimo. Quizá habría que controlarlo un poco. Nunca pensé que iban a dar tan buenos resultados. Me gustaría clonar la Pixie, la Oli Chicha, la Peluda y la Chapa Paola. Me divierte y ahora tengo otra mirada sobre el tema”.
Pablo Mac Donough, que entre 2003 y 2010 jugó en Ellerstina junto con Facundo y Gonzalito Pieres, y desde 2011 es el N° 3 de La Dolfina, empezó a mirar la clonación a partir de un caso similar al de los inicios con la técnica de Cambiaso, que había perdido a su ejemplar Aiken Cura (final de Palermo 2006) y, por una corazonada, decidió congelar células. Mac Donough lo cuenta: “Decidí clonar La Nuera porque era cría propia y fue la mejor yegua que jugué en mi vida. Cuando se murió, me pareció bueno clonarla para continuar criando con ella. La verdad, hasta que vi la respuesta de las Cuarteteras, pensaba que la clonación sólo servía para eso.
“Pero hay que ser consciente de que los clones de Cuartetera son de la, probablemente, mejor yegua de la historia. Habría que ver qué pasa clonando caballos un poco más terrenales. Creo que la cría convencional va a continuar por dos cosas: es más barato y porque es la única vía para que evolucione la raza del polo”.
Un líder fanático de la clonación y compañeros que, tras ver los resultados, empiezan a tentarse con la posibilidad. Mañana, La Dolfina buscará clonar algo que conoce de memoria: la gloria en el torneo más importante del mundo.
LA NACION