En una próxima cita mundialista, que la lógica sea argentina

En una próxima cita mundialista, que la lógica sea argentina

Por Gonzalo Garaloces
La final que se disputó este ultimo domingo tuvo una cierta lógica y triunfó quien soñó con este objetivo no ayer, ni hace dos años y medio cuando asumía Sabella en el seleccionado nacional, sino quien viene trabajando hace más de diez años con un proyecto a largo plazo, para darle nombre y apellido a un estilo de juego. Argentina a su vez, con cierta falta de identidad, se tuvo que subir al barco de la táctica que supo timonear perfectamente y estuvo muy cerca de la hazaña.
Dentro de lo sucedido en los 120 minutos de esta vibrante final se vio un despliegue con gran claridad de juego de ambos equipos para el análisis futbolístico. Una selección alemana que quería ser protagonista de la pelota, con una Argentina bien compacta tácticamente y que esperaba su deseada contra letal. Inteligentemente el equipo argentino supo llevarlo a cierta incomodidad por el orden estratégico e inclusive generando claras situaciones de gol. Mientras que Alemania respondía sin gran peligro, pero era insistente.
Cualquier jugador que ha defendido los colores de su país en una final, sabe que son 90 minutos en los que no podes fallar, en donde los sentidos y la efectividad no tiene que contar ni con el más mínimo margen de error y Argentina en la faz ofensiva lo tuvo en tres oportunidades y perdonó. Luego, quienes no perdonaron fueron los europeos, cuando Demichelis y Garay de gran partido ambos, tuvieron su única desconcentración y Mario Gotze le da la cuarta estrella dorada al conjunto alemán.
Sin embargo, estas derrotas en algunas ocasiones se pueden encontrar algunas respuestas, fuera del rectángulo de juego. Lo de Alemania no es una casualidad, un objetivo que se trazaron hace más de diez años para contar con jugadores que además de su garra y constancia que siempre los caracterizo, también sepan tener una propuesta de juego de buen pie, de cambio de ritmo, y ser un equipo desordenado dentro del orden ofensivo y defensivamente. Las comparaciones con la generación de España campeón del mundo 2010 tampoco son una coincidencia al azar, Barcelona y en este caso Bayer Munich son el reflejo de lo que querían luego para sus respectivos países a la hora de ir a buscar la copa del mundo. Trabajo, seriedad y dedicación con frutos a largo plazo (algo que en nuestro país y en el fútbol argentino no aparecen en el diccionario). Ambas selecciones europeasm con columnas vertebrales de dichos equipos que también llegaron a lo más alto a nivel mundial, conquistando absolutamente todo, creían sobre su propuesta, hay un convencimiento del jugador, hay un respeto por quien lo dispone y hay una estructura que lo sostiene con los años.
A su vez, Argentina contaba para esta ocasión con parte de las generaciones que había formado el trabajo de los Pekerman, los Tocalli en los mundiales sub-20 de 2005 y 2007 llegando a conseguir inclusive el titulo juvenil. Sabella dentro de la improvisación que surgía en los últimos años del seleccionado mayor, conformó un grupo y fue a la guerra con esos mismos soldados que fue eligiendo con Messi a la cabeza. Terminó demostrando y acertando porque eligió al desconocido Marcos Rojo, porque confió en Sergio Romero y porque volvió a elegir a Martín Demichelis.
Es por eso, que le haría bien al fútbol argentino que el entrenador continúe en su cargo y no por el resultado positivo que tuvo en este mundial, sino para que el mismo siga aprendiendo y aprobando materias que en el mundial no pudo calificar como todos anhelaban. En el 2009, Estudiantes enfrentaba a la mejor versión del Barcelona de Guardiola en la final del mundial de clubes y el equipo del ex ayudante de Passarella demostró una lección de la táctica y anulación del rival durante 89 minutos, – similar a lo que ocurrió justamente en esta final mundialista – y el conjunto de la Plata estuvo ahí cerquita de la epopeya frente a una potencia como lo era equipo catalán. Pero el equilibrio ideal lo da una defensa ordenada y un ataque en conjunto, porque en el fútbol aún se gana con goles y aquella vez ocurrió lo mismo que este domingo. Argentina perdió el poder ofensivo que lo identifico hasta su llegada a Brasil.
Messi no fue el mismo de la primera fase, Agüero e Higuaín llegan al mundial en condiciones nada favorables para el nivel de estos dos delanteros que suelen tener en sus ligas, Palacio lesionado en el inicio de la copa y Di María el distinto que podía acompañar y ayudar a Lío, sufre ese duro desgarro frente a Bélgica. Sabella contaba con esa arma que en el recambio no pensó, que no apostaba por un plan B y tenga sus reemplazantes para tener al menos la misma intención, más allá de los apellidos. Por eso, supo ser inteligente y fue a sus fuentes en donde mas cómodo se encuentra y optó por modificaciones defensivas que trajo sus resultados, que mismo el pueblo argentino se identificó con la garra de Mascherano, la entrega de Biglia, las corazonadas de Rojo y la dupla impasable de los centrales argentinos. La creatividad, el cambio de ritmo, las paredes que no estuvieron, los caños con sentido y el buen juego desapareció tanto en lo que proponía en ataque de la selección como también en la gente y en la historia que siempre hubo en el futbol argentino. Es verdad que con el juego bonito ya no se ganan los partidos, pero sin hacer goles tampoco, y eso fue lo que le faltó a este equipo, un fútbol que lastime al rival, de ser un protagonista convencido. Entonces vimos a un Messi incomodo en este tipo de planteos, un Lavezzi que hacia un esfuerzo agotador cuando era mas interesante como delantero y un Higuain cansado siempre en los segundos tiempos.Lo que hicieron estos 23 jugadores argentinos no tienen reproche, ni aparición de la palabra fracaso, todo lo contrario, aunque en el fondo se sepa, que algo más se pudo hacer.
Alemania todavía con oxigeno siguió buscando su oro deseado. Los cambios que realizaba Joachim Low también transmitían un mensaje, el querer ganar la copa sin la suerte de los penales y tuvo su merecido. Fue contundente, cuando la Argentina no lo fue, en eso diferencio entre los equipos en esta ocasión, pero el camino de ambos para poder conquistar el mundo fue muy diferente. Tal vez algunas cosas tendremos que imitar de este nuevo campeón mundial.
Las tácticas, incomodar al rival, y ser ordenados siempre es efectivo cuando a la vez sabes golpear y lastimar en el arco de enfrente y esa fue una de las materias que Sabella no pudo aprobar y que tal vez será interesante que continúe en este camino para trabajarlas, solucionarlas y hacerlas efectivas en una próxima cita mundialista o bien en la Copa América que se aproxima en Chile el año que viene.
A veces lo ilógico en el fútbol es el gran protagonista, sin embargo generaciones como las de Alemania, España en su momento y otros grandes campeones, cuando tienen una identidad, respeto por el buen juego y trabajo, terminan llevando a la lógica que el fútbol merece tener y Argentina todavía tiene con qué para realizarlo. Que no sea tarde.