Cómo y por qué son santos Angelo Roncalli y Karol Józef Wojtyla

Cómo y por qué son santos Angelo Roncalli y Karol Józef Wojtyla

Por Dolores Álvarez
El proceso canónico para que una persona sea proclamada santa requiere el reconocimiento por parte de un equipo de médicos –que basan sus análisis en una serie de exámenes clínicos– de un milagro para la beatificación y de un segundo prodigio para la canonización.
A pesar de que a Juan XXIII no se le atribuye ningún milagro, según muchos analistas, el Papa Francisco pudo proclamarlo santo porque ejerció una prerrogativa prevista para el jefe de la Iglesia Católica. Para los expertos, mediante esta canonización, el Obispo de Roma buscó valorizar el ejemplo del “Papa bueno” –autor de la encíclica Pacem in terris, un emblema religiosos en épocas de Guerra Fría– y evitar, al mismo tiempo, el culto a la personalidad que genera Juan Pablo II.
Al “Papa polaco”, en cambio, se le atribuyen dos hecho excepcionales. El primer milagro atribuido a Juan Pablo II fue protagonizado por Marie Simon-Pierre, una monja francesa a la que en 2001 le había sido diagnosticado Parkinson, una enfermedad degenerativa del sistema nervioso central incurable; la misma que causó la muerte de Karol Józef Wojtyla, el 2 de abril de 2005. La mujer se habría sanado mediante el rezo persistente de Juan Pablo II y, desde un punto de vista médico, de modo “inexplicable”.
El 18 de junio del año pasado, la Congregación para las causas de los Santos aprobó el segundo milagro que se le atribuye al pontífice. El prodigio en cuestión ya había sido analizado en abril de 2013 por un equipo de siete médicos que asesora a la comisión, creada en 1969 por Pablo VI, y había sido definido por los expertos como “científicamente inexplicable”.
El caso en cuestión es el de Floribeth Mora, una mujer de Costa Rica que sufría de una enfermedad terminal y que, tras el rezo constante del Papa polaco, se habría curado el 1 de mayo de 2011, mientras veía por televisión la proclamación como beato de Juan Pablo II.
El camino del pontífice número 264 de la Iglesia Católica hacia la santidad se inició cuando, durante su funeral, una multitud pidió a gritos que fuera declarado “santo súbito” (santo inmediatamente). Su sucesor, Benedicto XVI escuchó a los fieles autorizando enseguida el examen de sus virtudes y de su obra para que fuera declarado beato.
Juan Pablo II fue proclamado beato hace tres años (luego de haber sido declarado “venerable”, el 19 de diciembre de 2009), en el proceso de beatificación más rápido de la historia moderna del cristianismo.
TIEMPO ARGENTINO