No se cansa de acumular trofeos

No se cansa de acumular trofeos

Por Marcelo Máximo
La escena de Lionel Messi y un trofeo en la mano es repetida y hasta confunde entre tanta gloria y saco nuevo. Pero el argentino, al margen de lesiones y de sustos a siete meses y monedas para el Mundial de Brasil vuelve a escena para recibir su tercera Bota de oro por ser el máximo goleador con 46 goles en 32 partidos en la temporada pasada. “Siento mucha alegría, es un premio muy lindo. Es un premio de todo el grupo, es por lo que viene haciendo el equipo todo el año”, dice el diez del Barcelona, a tono con toda esa coreografía que se despliega cada vez que el equipo catalán mete la pelota en el arco y los once que juegan intentan un abrazo eterno, sin piruetas individuales ni gestos ampulosos.
Messi festeja, una vez más, mientras por primera vez y en un largo tiempo, se toma un espacio y sale de la pista para cuidar ese músculo que tantas complicaciones les trajo en este 2013 y que –advierte– puede alterar su puesta a punto para ir a Brasil. El bíceps femoral de la pierna izquierda, que lo dejó afuera del campo de juego hasta el año que viene, es la gran preocupación en España y también en Argentina. Y en ese sentido, a diferencia de los tiempos acotados para el regreso, esta vez La Pulga no se pone fecha ni límites. Dicen, en Barcelona, que tal vez la vuelta del mejor futbolista del mundo se pueda dar el fin de semana del 4 y 5 de enero, cuando el conjunto que conduce Gerardo Martino juegue frente al Elche. “Ojalá, no me pongo fecha. Si todo va bien esa sería la fecha, pero ya veremos. Volveré cuando tenga que volver. Estoy mejorando poco a poco. Ya no duele.”
La dedicatoria de este premio tiene que ver con los afectos y con esta actualidad tan diferente para un futbolista que no se toma vacaciones para el gol y las gambetas. “Se lo dedico a mi familia, que me quiere y está a mi lado en los momentos duros. Al vestuario, aprovecho para agradecer a los que vinieron”, afirma el diez, que dejó a Cristiano Ronaldo en segundo lugar (el portugués anotó 33) y quedó lejos de su propia marca cuando, en la temporada 2011/2012 marcó 51 goles en 31 partidos (un promedio de 1,61 por juego) y alcanzó el mismo trofeo que ayer le entregó nada menos que Hristo Stoichkov, una de las figuras mundiales que también lució la camiseta del Barsa. “Messi es mi hijo, porque lo quiero como tal. Tengo una hija de su misma edad (26 años) y mi valoración por él tiene que ver con la clase de persona que es y no con el hecho de que lo consideren el mejor jugador del mundo”, contó el búlgaro en declaraciones a Télam.
¿Por qué fue Stoichkov el elegido para la entrega del premio? Según contó el ex futbolista de la selección de Bulgaria hubo un llamado telefónico que recordará para siempre. “Lionel me llamó ayer por la mañana a mi casa en Bulgaria y tuve que empezar a correr desde temprano para poder llegar a tiempo hoy a Barcelona, porque quería que fuera yo quien le entregara el Botín de Oro”, se alegró uno de los futbolistas que dejó su huella en el fútbol de los ‘90 y que, ayer, le dio el pase gol al argentino que promete un regreso con botines de cuero y una zurda que vale oro.
TIEMPO ARGENTINO