La mente el manager: como entrenarla

La mente el manager: como entrenarla

Por Pedro Ylarri
J.C.A. parece un robot. Está inmovilizado, sentado frente a una computadora, con las dos manos sobre las piernas y no mueve otra cosa que sus ojos, a un ritmo por instantes frenético. Respira lentamente y hace que no escucha lo que ocurre alrededor. Suena una chicharra y, entonces, sí, se levanta y comienza a hablar normalmente. J.C.A. es uno de los directores de una empresa con más de 300 empleados. Y, dice, está entrenando su mente. “Con los ojos podemos ver 180 grados, pero, en general, nos quedamos con 30 grados, todo lo demás, no lo tenemos en cuenta, hasta que entrenamos la visión periférica”, explica. El ejecutivo no es un robot ni un loco. Forma parte de una legión, cada vez más grande, de altos directivos que dedican, al menos, unos minutos cada día para ejercitar la mente. La tendencia comenzó con cursos a distancia y coaches personales, hasta que se amplió a centros dedicados al tema. En algunos, reconocidos deportistas como Luciana Aymar, (hockey) Guillermo Coria (tenis) o Pablo Mouche (fútbol) se cruzan en los pasillos del entrenamiento con ejecutivos de firmas líderes. “Tengo un amigo que es músico profesional y siempre me llamaron la atención los cuidados que dedica a su violín. ‘Es mi herramienta de trabajo’ me dice y es cierto, Alejandro vive de su violín. Los ejecutivos viven de su cabeza y por lo tanto deben cuidarla. El ejecutivo es músico e instrumento a la vez, es decir, debe cuidar de sí mismo”. La historia la cuenta Gustavo Aquino, director de la consultora Schein Transition Advisors, y explica por qué los CEOs practican, cada vez más, desde el arte de la respiración consciente y la meditación hasta técnicas de entrenamiento mental. Entrenar el cerebro Combinando neurociencia y coaching, nació uno de los centros de entrenamiento mental al que suelen asistir ejecutivos y equipos de trabajo de empresas, además de deportistas. Se llama Ácumen y ofrece ‘Mentality’, un “sistema de entrenamiento visual-mental” por el que es posible mejorar en aspectos claves como la velocidad de reacción en situaciones límites, la capacidad de relajación y concentración, y el manejo de la presión y el estrés. “Está ideado para cualquier persona de alto rendimiento, no sólo deportistas profesionales. El método entrena física, emocional y cognitivamente a las personas, con el fin de mejorar su desempeño y, a la vez, que disfruten la tarea que tengan que hacer, manejando la tensión y los nervios”, explica Fernando Fossati, CEO de Ácumen. En la práctica, con la ayuda de software especiales, se entrenan los sentidos. “En especial, el sistema visual, ya que el 80% de la información que ingresa al cerebro entra por los ojos”, añade. La médica deportóloga Sandra Rossi, explica qué tienen que ver las neurociencias: “Está comprobado, con estudios científicos” que los tipos de entrenamientos visuales y mentales “generan nuevas y mejores conexiones neuronales que permiten mejorar estos aspectos”. Los ejercicios, de todas formas, llegan luego de que el ejecutivo es “diagnosticado” en variables como la salud física, nutricional y el nivel de estrés, entre otros. En un micrositio personal, se siguen los “progresos mentales”. Personal en el país de Coca Cola, Falabella, Kimberly Clark, Telecom Personal, Phillips, Western Union, PepsiCo, CCU, Accenture, L’Oréal y La Caja ART, entre otras, ha participado de este tipo de actividades. En dos empresas reconocen, incluso, que pagan para sus ejecutivos los clásicos cursos de Ilvem, en su versión online, que desde hace varias décadas brinda capacitaciones basadas en el desarrollo mental, como lectura veloz y memoria. Además del entrenamiento visual, en Ácumen dicen que busca mejorar otras habilidades, como permanecer más horas concentrados en una tarea; aprender a controlar el cansancio y la atención; optimizar el descanso y controlar el sistema nervioso. Por eso, además de computadoras, hay coaches y psicólogos deportivos. Diferentes mundos Controlar la mente, para los ejecutivos y sus empresas, es tan importante como los conocimientos que se tenga de una determinada industria. Lo explica Liliana Zamora, directora del Centro de Desarrollo Sistémico: “La eficacia de un CEO reside en que puedan confluir en su persona tres puntos importantes: experiencia, competencias socioemocionales y un alto desempeño intelectual”. “Es muy difícil tener estos tres elementos en una única persona. Muchas veces, hay alguna capacidad que sobresale entre las demás. Por eso es importante mantener un equilibrio y que todas se expresen en su justa medida”, destaca, al explicar que “el entrenamiento racional y emocional, le permite a un ejecutivo desarrollar (o fortalecer) competencias de manera que pueda obtener un rendimiento alto en el trabajo, sobre todo en situaciones difíciles. Y para una buena gestión, nada como la preparación mental”.
EL CRONISTA