¿Héroes o traidores? Paralelismos entre Snowden y Manning

¿Héroes o traidores? Paralelismos entre Snowden y Manning

Por Peer Meinert y Dominik Wurnig
A primera vista hay similitudes llamativas entre Edward Snowden y Bradley Manning. Los dos son estadounidenses y jóvenes. Dos personas que, con sus espectaculares revelaciones, dicen que sólo quieren lo mejor para su país. Sin embargo, han puesto en apuros a Estados Unidos y sus servicios secretos. ¿Son por eso héroes o traidores?
Snowden, un ex empleado de los servicios secretos que sacó a la luz el programa “Prism” de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), tiene 30 años y vive desde hace casi cuatro semanas en la zona de tránsito del aeropuerto de Moscú. La Casa Blanca quiere detenerlo y someterlo a juicio. Snowden, por su parte, teme volar a Sudamérica, donde algunos países le ofrecieron asilo: el brazo de Estados Unidos es demasiado largo. Manning, que tiene 25 años, responde ya ante un tribunal militar. El proceso entra en su fase final. ¿Es este proceso algo así como el ensayo para el Caso Snowden?
Manning parece perdido en el tribunal. Sigue llevando uniforme, no dice prácticamente nada, a veces mira a su alrededor, parece desvalido, un hombre que está en el centro de la escena pero no encontró aún su papel en este drama.
Sus intenciones eran buenas. Manning, un fanático de las computadoras, trabajaba como analista de los servicios secretos del Pentágono, y en Irak tuvo acceso a documentos secretos. Según dijo, sus motivos fueron altruistas a la hora de entregar cientos de miles de documentos al portal WikiLeaks. “Cuando tienes acceso libre a documentos secretos y ves cosas increíbles, terribles, cosas que pertenecen a la opinión pública, ¿qué harías? Quiero que la gente acceda a la verdad”, habría dicho a los promotores de WikiLeaks.
Snowden, que reveló el programa de vigilancia electrónica, habla casi en los mismos términos. “Hice lo que me pareció correcto y lancé una campaña… no me quise enriquecer. No quise vender los secretos estadounidenses”, dijo el viernes desde el aeropuerto de Moscú. “En lugar de eso hice público lo que sabía, para que aquello que nos afecta a todos pueda ser discutido a la luz del día. Y le pedí al mundo que sea justo.”
Moscú recuerda que en su país, Snowden podría ser condenado a muerte, y afirma que por eso no puede ser extraditado. También Manning podría ser condenado a muerte. La demanda contra él habla entre otras cosas de “darle auxilio al enemigo”, lo que suele ser castigado con la pena de muerte. El núcleo del proceso no reside en si Manning entregó los documentos a WikiLeaks. Eso lo reconoció. La pregunta central es: ¿ocasionó un daño al país de forma consciente? La fiscalía dice que sus revelaciones probablemente hayan ayudado al enemigo. Como prueba señala que los documentos fueron detectados incluso en la computadora del líder de Al Qaeda, Osama bin Laden.
¿Héroes o traidores? Esa es la pregunta. Para la comunidad de inteligencia está claro: los dos sacaron a la luz intromisiones, escándalos e incluso crímenes de guerra. Y por otro lado, la opinión pública tiene derecho a enterarse de estas cosas. Manning, el soldado tímido, tiene incluso una comunidad de seguidores, que llevan adelante la campaña “I am Bradley Manning” (Yo soy Bradley Manning). Tiene fans incluso en Hollywood, entre ellos Oliver Stone y Maggie Gyllenhaal. Snowden, por ahora, sólo es una estrella mediática.
TIEMPO ARGENTINO