Internet: los argentinos, hiperconectados, pero con mala calidad y precios altos

Internet: los argentinos, hiperconectados, pero con mala calidad y precios altos

Por José Crettaz
Unos 30 millones de argentinos (el 75% de la población) tiene conexión a Internet. En promedio, pasan 26,3 horas mensuales frente a alguna pantalla, la mayor parte de ese tiempo en su casa, pero también en el trabajo, y si hay señal 3G, en la calle o el transporte público.
En América latina, la Argentina está al tope del ranking en penetración del servicio, pero va quedando a la cola en calidad de conexión: la velocidad promedio prometida por los proveedores es de 7 megas en el área metropolitana, según un estudio de la Universidad de San Andrés (Udesa). Sin embargo, esa velocidad cae sustancialmente en las provincias y abre una brecha social que programas como Conectar Igualdad -de reparto de notebooks y conectividad en escuelas- aún no han demostrado resolver. En tanto, del plan estatal de tendido de fibra óptica aún no entró en servicio ni un solo kilómetro.
En la Capital hay proveedores que ofrecen velocidades residenciales superiores, como los 100 megas promocionados por Telecentro. En ese segmento, Cablevisión prevé llevar este año su velocidad residencial masiva de los 6 megas actuales a entre 10 y 15 megas. Ahora, su producto residencial de más alta velocidad es de 30 megas. Lejos de esos anchos de banda a nivel masivo, las telefónicas anuncian fuertes inversiones para reconvertir sus redes, que en la mayor parte de sus coberturas les impiden dar velocidades superiores a los 3 megas.
Aunque rezagados respecto de la inflación (sólo aumentaron alrededor del 10% en un año), los precios de las suscripciones al servicio siguen estando entre los más caros de la región. “Entre quienes no tienen Internet en la Argentina, el 56% dice que no puede pagarla”, afirmó Hernán Galperín, director del Centro de Tecnología y Sociedad de la Udesa.
El 16 de mayo, cuando se celebró el día de Internet, la Red encontró este panorama en la Argentina, donde aún no se perciben localmente debates que en el mundo tienden a recalentarse: ¿quién es el dueño de la Red? ¿Cuál es el papel de los organismos que la gestionan? ¿El Estado debe regularla?
El año pasado, la Argentina llegó a 6,3 millones de conexiones de banda ancha tanto fijas como móviles, pero, según una proyección de Cisco, para 2016, llegarán a 9,7 millones. En el área metropolitana, según una investigación reciente de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), el 32% de las personas está constantemente conectada; 21% se conecta una vez al día y otro 21% dice no conectarse nunca. Según el mismo trabajo, una de cada diez personas afirma haber conseguido pareja por medio de la Web.
Según Gonzalo Hita, gerente comercial de Cablevisión, “el consumo de ancho de banda por cliente crece el 50% interanual”, debido -entre otras cosas- a la mayor cantidad de dispositivos y al creciente consumo de video. Sin embargo, los servicios -entre ellos el correo electrónico- siguen al tope de las actividades más realizadas online: 89%. Pero ahí nomás le sigue la gran pasión digital argentina: 81% de los internautas criollos usa redes sociales y de entre ellos Facebook lidera ampliamente, con 12,8 millones de usuarios únicos mensuales mayores de 15 años, según la última medición de la consultora Comscore. Contra lo que podría creerse, no es Twitter la segunda opción más preferida (con 3,3 millones de usuarios) sino la profesional Linkedin, con 3,4 millones. El año pasado, la Argentina se trepó al segundo lugar en el podio de países en los que más tiempo se gasta en redes sociales: con 10,4 horas mensuales, fue apenas superado por Rusia, con 10,7 horas; ambos muy por encima de Tailandia (8,8 horas) y Turquía (8,3 horas).
Según la encuesta de la UADE, que abarcó a 1200 personas mayores de 18 años, el 52% de los consultados no cree que los contenidos que publica en las redes sociales puedan ser perjudicial para su seguridad o la de su familia. Sólo el 33% confesó ese temor y el 15% dijo no saberlo.
“Si bien el nivel de penetración es alto, existe una brecha a nivel nacional bastante pronunciada si se compara la cantidad de conexiones a banda ancha que hay en Capital y conurbano con las del resto de las provincias. Para terminar con esta inequidad y en pos de una banda ancha federal, no sólo en cuanto a cantidad de conexiones sino también a calidad de velocidad para que no haya usuarios de primera y de segunda, es un tema sobre el que nuestra cámara trabaja impulsando la creación de centros de interconexión a Internet regionales”, afirmó Ariel Graizer, presidente de la Cámara Argentina de Internet (Cabase), que viene instalando esos centros de intercambio local de datos que permiten bajar los costos y mejorar la calidad en las provincias.
Buena parte del tráfico generado por las redes sociales proviene de teléfonos móviles. “Casi el 40% de los celulares, es decir unos 20 millones de terminales, está accediendo a Internet ya sea mediante paquetes de datos o por medio de redes Wi-Fi”, afirmó Alejandro Prince, de Prince Consulting. Aunque las empresas de telecomunicaciones son medianamente optimistas, la conectividad móvil a la Web no cambiaría hasta que el gobierno nacional haga algo con el espectro para 3G disponible y sin uso, ahora en manos de la estatal Arsat. Y, sobre todo, hasta que dé alguna señal sobre qué hará con el espectro necesario para LTE.
“No hay duda de que la gente tiene una necesidad fundamental. Y lo vemos en el crecimiento acelerado de los smartphones, también en los clientes prepagos de segmentos de menores ingresos que buscan equipos con acceso a Internet para poder acceder a redes sociales, chat, o consultar el mapa para ver dónde van”, explicó Fernando del Río, gerente comercial de Claro Argentina.
Voceros de Telecom Personal coincidieron en que “las conexiones a Internet móvil crecieron exponencialmente en los últimos años por la ampliación de las redes 3G, las ofertas de planes y servicios que integran datos”.
LA NACION