A Messi no lo compares, disfrutalo

A Messi no lo compares, disfrutalo

Por Diego Macias
No es sencillo escribir sobre Messi sin autoplagiarse o sonar repetido. Si no le hubieran dado el premio, no habrían cambiado los adjetivos -difíciles de encontrar como dice Sabella- que describen el año increíble que tuvo como jugador. Pero ocurre lo mismo a la hora de este tipo de elección: por más que suene a historia conocida, si nadie juega mejor que él, ganará el cuarto, el quinto, los que sean.
Los que buscan la lupa para criticarlo sólo lo aceptarán cuando gane un Mundial. O quizá, en ese momento, piensen que tiene que conseguirlo siendo goleador del campeonato. O tal vez, además de goleador, clavar un récord de tantos en una Copa del Mundo. Lo increíble es que se pierden de disfrutarlo.
Si no lo pueden disfrutar, no lo comparen. La discusión si es más o menos que otro sirve como juego y desafío periodístico pero nunca será científico. Si Iniesta, que por culpa de su amigo parece destinado a no ganar nunca el Balón de Oro, lo disfruta, ¿cómo puede haber algún argentino que no logra hacerlo?
No es Bochini, ni Alonso, ni Pelé, ni Maradona, ni Rojitas, ni Riquelme, ni Cruyff, ni Di Stéfano ni el crack que quiera agregar. Es Messi. El que aún se pone nervioso ante un micrófono y apenas puede agradecer a su familia. El que mira a Iniesta y se lo dedica de corazón. El que evita polemizar con Cristiano Ronaldo. El que hace cuatro años es elegido por el mundo futbolero como el mejor entre los mejores. No lo comparen. Sólo vale disfrutarlo.
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