El “marciano” Jeff Bezos, a la caza del iPad

El “marciano” Jeff Bezos, a la caza del iPad

Por John Gapper y Barney Jopson
Cuando Jeff Bezos, el fundador de Amazon, se subió a un escenario en Nueva York para presentar el Kindle Fire, el rival del iPad de Apple (u$s 199) y de su mundo del hardware, software y medios, no había duda sobre a quién le estaba rindiendo un mordaz homenaje.
Steve Jobs, el fundador de Apple, fue el mago de la tecnología de consumo masivo; organizaba eventos minuciosamente coreografiados y puestos en escena cada vez que presentaba su último servicio o aparato ante una fascinada audiencia. Esta vez fue Bezos el que cautivó a los fanáticos de la informática.
A diecisiete años de que Bezos fundara Amazon en las primeras etapas doradas de la red de redes -lo hizo mediante la adquisición de la entonces poderosa cadena de librerías estadounidense Barnes & Nobles- la compañía está valuada en u$s 100.000 millones, 100 veces el valor de B&N, cuyas acciones cayeron otro 9% durante la presentación del Kindle Fire debido a los temores de que su e-reader Nook sea completamente superado.
El tiempo también ha cambiado a Bezos, aunque retiene su veta bobalicona y su sonora risa. Mantuvo fría confianza en si mismo cuando habló ante la audiencia y no recibió preguntas. No se lo vio tan delgado y llevaba muy corto su canoso cabello.
Hubo sólo un toque del viejo estrafalario Bezos cuando jugó el videojuego Ninja Fruit on the Fire, rebanando frutas con su rápidos movimientos de dedo sobre la pantalla del Kindle Fire.
Bezos sobrevivió a muchos contratiempos durante el largo camino de Amazon hacia su dominio del comercio electrónico, incluyendo la pérdida de confianza por parte de los inversores cuando un analista de bonos de Lehman Brothers sugirió en 2000 que la compañía se quedaría sin dinero en efectivo. En vez de prestar atención a las críticas, siguió adelante sacrificando las ganancias y priorizando el crecimiento y hasta colocó a Amazon en un terreno aún más amplio.
“Jeff tiene sorprendentes instintos, a menudo hace movimientos ilógicos que terminan siendo precisamente correctos”, señaló John Seely Brown, asesor en tecnología que también es miembro del directorio de Amazon. “Me asombra su capacidad para el pensamiento lateral, pero de alguna manera eso influye en todo lo demás en Amazon”
Con su última iniciativa, está haciendo uno de sus cambios de estrategia más ambiciosos. Intentará basarse en el éxito de Kindle en los ebooks para que Amazon deje de estar esencialmente centrada en la venta minorista online de productos físicos para convertirse en una compañía totalmente digital. Imagina a los usuarios de Kindle corriendo y bajando desde la nube de Amazon todas cosas digitales, desde música y libros hasta películas y juegos.
Si funciona, no sólo será un profundo desafío para Apple, sino la culminación de un viaje que comenzó cuando él dejó Princeton en 1986 después de estudiar ciencias informáticas, para unirse a una pequeña compañía tecnológica llamada Fitel que, en los días anteriores a Internet, construía redes electrónicas globales para bancos.
Graciela Chichilnisky, profesora de economía de la Universidad de Columbia y fundadora de Fitel, fue así unas de las primeras personas en estar profesionalmente expuesta al inquieto perfeccionismo de Bezos y su desconcertante confianza en si mismo. “Cuando hay que hacer algo, la mayoría de las personas tienen cierta resistencia interna”, contó. “El no tiene ninguna. Si quiere hacer algo, simplemente va y lo hace”.
Bezos trabajó luego en DE Shaw, un hedge fund con casa matriz en Nueva York, pero pronto vio el potencial del rápido crecimiento de Internet, lo que combinó con su ambición emprendedora. En una ceremonia de graduación el año pasado, habló ante los estudiantes de Princeton y les recordó su infancia en Texas. “De joven era un inventor de garaje. Había inventado con un paraguas un horno solar que no funcionaba muy bien…. Siempre quise ser inventor y ella (su esposa MacKenzie) quería que siguiera con mi pasión.”
Amazon -fundada en 1994 en Seattle con capital que en parte aportó su padrastro- se convirtió en su último invento: una empresa que de ser un simple sitioweb de venta de libros se convirtió en una red de depósitos que entregan todo tipo de artículos en todo Estados Unidos y otros países; y con Kindle se embarca en el comercio digital.
En el camino, Bezos inspiró y condujo a quienes lo rodean hacia alturas aún mayores con inquebrantable intensidad. “Algunos lo adoran y otros lo odian”, señaló Richard Brandt, autor de One Click, un libro próximo a publicar sobre Bezos. “La gente que está orientada hacia la tecnología tiende a amarlo, pero él es muy intenso, y puede ser muy duro, muy crítico de las personas”.
La profesora Chichilnsky lo recuerda con cariño, pero destaca su cualidad espiritual. “¡Es un marciano! Es de otro mundo y sin embargo interactúa con este universo. Imagine a dónde podrían llegar los humanos si no tuviéramos contratiempos. Bueno, ese es Jeff. No tiene las debilidades habituales, lo que lo hace un poco frío, parecido a un robot”.
Él comparte esa característica con los empresarios más importantes del sector tecnológico mundial, como el fundador de Facebook Mark Zuckerberg. Ellos logran no sólo operar distinto a otros sino también crear mundos digitales en los que millones de personas se ven atraídas por una combinación de marketing, excelencia técnica y control.
Todo eso se observó en Nueva York hace días. Los invitados al lanzamiento no tenían permitido tocar el Fire; ejecutivos de Amazon sostenían celosamente unos pocos aparatos como si fueran objetos preciosos. Eso, y el precio de u$s 199, generaron el efecto deseado. El Fire fue declarado el rival más firme para el iPad.
Eso no significa que Bezos haya triunfado. La mayor experiencia de Amazon todavía es en logística, ni software ni medios de comunicación; y Apple tiene la ventaja de haber llegado primero. Necesitará más que un brillante aparato para quebrar el hasta ahora impenetrable mundo de Apple. Pero teniendo en cuenta los antecedentes de Bezos, ¿quién le apostará en contra?
EL CRONISTA