Se siente tan bien, te pone tan optimista este caballo

Se siente tan bien, te pone tan optimista este caballo

Luego de su heroica victoria en el Estrellas Classic (tercera consecutiva de GI) Lingote de Oro perpetuó en el inconciente burrero esa imagen de caballo popular que perdurará en el tiempo.
Los de esta actividad, los aficionados, saben que otorgó para cualquier otro equino ventajas prohibitivas. Desde el insólito percance de gateras (¡otro más!), hasta la manera que tiene el Corto de correrlo por fuera de todos, tener resto, contener esa atropellada corta y fúlmine de 250 metros que tiene Life of Victory, es para pocos y elegidos pura sangre.
Lo que resulta además halagador es ese vínculo que se formó con la gente, que siempre, siempre, lo ha plebiscitado como favorito en carreras bravísimas. No deja de sorprenderme su perfil de Facebook con mas de 500 amigos, su página allí con casi 300 y la pasión, entusiasmo y afecto que despierta en la red social. Todo un fenómeno de estos tiempos que lo despliega además en el reino de los SPC como una nueva versión de conexión. Por eso creo ya que Lingote no es mío, sino que es nuestro ¡Pasó a ser de la gente!
Uno cobra el premio pero el vínculo mío con el Lingote, no es mayor que el de Santiago, por ejemplo, su Peón que lo venera. O de aquella pareja ya mayorcita que se saca una foto con él en el box de tránsito antes de alguna carrera importante.
Y está bueno eso. Si es lo que se busca… el caballo de todos, por el que todos hacen fuerza, y cábalas, y sufren como nosotros cuando rezonga en gateras… si ése es el espíritu con el que comprás un potro: buscar al campeón. Y Lingote de Oro es un campeón.
Lo único que queda en el tintero sería, el viejo, Ismael, que hasta el último día de su vida veía una definición de perdedores de 5 y 6 años en el Hipódromo de La Plata. Qué contento, feliz, lo hubiese puesto este zaino de la lista de América del Sur ¡Qué orgulloso! Su chaqueta roja con la cruz de Loreto oro fue, papá, lo más parecido que encontré a la “F” que tanto te gustaba desde Rubini hasta Kenway. Ja ja, quién lo diría, no? Desde los Interprovinciales a los que viajábamos con el Unión en el Chevrolet 400 S, hasta esta formidable máquina de correr que es Lingote… hay veces que quiero que mi fe permita esa otra vida. Sería tan lindo que en realidad no te lo estés perdiendo, se siente tan bien, te pone tan optimista este caballo.
Hay quienes dicen que corre menos en la grama. Será porque lleva siete carreras consecutivas en Palermo y diez meses sin perder en la arena dorada.
Pero yo estoy seguro de que en el césped él es el mismo ¡Si perdimos al pepe la edición 2008 del Pellegrini! Para mi gusto son los diseños de los óvalos que son distintos. En Sani no va a poder venir tan por afuera como lo conduce el Corto y tendrán que aprender a contener su ansiedad para mostrarle la cancha en los 400, donde ahí sí ¡hay que rematar en el césped!
Pero bueno, siempre las palabras se miden en la acción que implica la realidad. Así que, Lingote, vamos a entrar al juego de los que piden revancha y del nuevo potrillo de esta generación que querrá destronarte. Ya te verán por San Isidro. Si además es tu casa, allá en la Villa Hípica.
Bueno, mis amigos, un placer poder repasar y pensar en lo que se vuelca en escrito. Seguimos contándonos cosas de Lingote en la próxima, pero te paso un ultimo chivo. En la encabezada con una cinta roja corre con una medallita de la virgen que Santiago le aplica, es contra el mal de ojos, me dice. Parece efectiva, ¿no?

Carlos Felice